miércoles, 10 de febrero de 2010

El sueño

Cuando por primera vez llegué al lugar mis sentidos recobraron vida.
El sudor comenzó a resbalar por mi frente y mis ojos casi se empañaron, entrecerrándolos, todavía me invade la luz del sol que tan brillante se manifestaba en aquel mágico lugar.
Estaba rodeado de arena, que dibujaba formas , hendiduras grandes, pequeñas que daban paz al alma. En medio de este desierto, una vegetación un tanto ambigua, palmeras de varios tamaños, agua en balsas y personas a lo lejos con turbantes a la cabeza. Parece increíble que enmedio de la nada del desierto, exista este majestuoso oasis.
De repente alguien me llama por mi nombre, es Lorenzo el profesor de Literatua. Me veo rodeado de personas sentadas, como yo, en los pupitres, me había quedado dormido y el sueño me había transportado al desierto.

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